Cómo sobrevivir siendo Biólog@ en una ciudad, sin sucumbir en la banqueta esperando...

lunes, abril 09, 2007

¿Ustedes no?


a veces amanezco con un poco de malicia

foto: Fernando Porto

jueves, abril 05, 2007

Como canta el buen Drexler:



"Soy hijo de un desterrado y de una flor de la tierra"
¿sabían que la hoja de una Victoria regia es de 2m de diámetro y que es el nenúfar más grande que existe?
Foto: © Michel Gunther


miércoles, abril 04, 2007

Los tres arbocompadres


Foto: Los tres arbocompadres - © Horacio Montiel
Con un poco de ocio visitando las maravillas que da Google Earth, entrontré a estos cuates campechanos.
tenían que ser mangles :-)

martes, abril 03, 2007

Muchas veces es fácil pensar en "el bosque", "la selva" o hasta "el desierto" y se ven guapos, majestuosos, imponentes, y solo los personajes de la foto (y sus parientes de la playa o de otro lado) con animalitos, honguitos y todo; son los que vienen a la mente. Un gran aprendizaje, para MIguelito, fue poner en la imagen otro elemento que muchos tachan de deperedador sanguinario, boraz acaparador de recursos, plaga cosmopolita, insensato inquilino (y cuanto apelativo se te ocurra...):

¡¡¡¡LA GENTE!!!!

Efectivamente, sobrarán casos que cada quien pueda contar sobre lo que esa plaga le hace a la naturaleza. Pero, con ganas de no lapidar a nadie por adelantado, creo que vale la pena ir deshebrando el paquetote, por que tiene cara de bien complicado....

Tomemos algo en cuenta. A alguien (Dios, Alá, Buda, Huitzilopochtli, Zeus, Osiris o el Flying Spaghetti Monster) se le ocurrió que el Homo sapiens pudiera acomodarse "casi" (con énfasis en las comillas) en cualquier parte de esta piedrota Tierra. Ahí está. Corre, vuela, nada y hasta buecea por todos lados.

Definitivamente la peor idea sería dejarse un bigote (bastante ridículo, por cierto) solo debajo de la nariz y dejar como coladera a los que no son de la raza elegida (osea, básicamente los que por mis pistolas digo que apestan). Si no amanecimos tan drásticos, prohibirles tocar cualquier cosa dentro del área natural protegida o santuario funciona igual. Resulta muy facil desde mi escritorio, viendo un tinaco negro por la ventana (que bueno que ya limpiaron el tendedero de enfrente...) y tomándome un cafecito; pensar, decidir, fraguar o abortar de mi cabezota decretos locos. Yo puedo hacerlo, no pasarán de tus ojos. Pero en esta misma ciudad (o en otras muy parecidas) hay una especie de raza elegida que se llaman "tomadores de decisiones". Y ellos hacen eso (tomar decisiones) y para ello requieren una cantidad de información espelusnantemente grande.

Estos elegidos, biólogos muy probablemente (y si no, deberían!!!), deben tomar en cuenta a la gente de la segunda foto. Si causan disturbios o deterioros, no es por gusto, muchas veces es por falta de información o por que la necesidad ya ejerció mucha presión.

Merecemos todos una formación mas completa en ámbitos sociales o económicos, por que ya pasó a la historia el ideal de que solo la Biología opine de la naturaleza. Pensarlo así es no ver mas allá de la nariz (y esto no convierte en visionarios a los narigones). Es hora de que los biólogos veamos las cosas desde otras ópticas, como en este caso las implicaciones sociales. Eso es parte del Desarrollo Sustentable y nos urge!!

Realmente creo en sociedad, economía y ecología mezcladas y progresando a la par (bueno, a la ¿¿tercia??) y creo que podemos fincar estrategias de desarrollo verdaderamente sustentable que favorezca a la gente (que por cierto, la señora de la foto es de un proyecto bastante interesante de mujeres campecinas en Veracruz) y tambien favorezca al entorno, que precisamente brinde satisfactores de necesidades (definición de "recurso") hoy, a manos llenas, sin comprometer los del futuro (comisión Brundtland) y SEAN PARA TODOS.

Si quieres, puedes unirte al club de los que creen que es mi carta a santa claus. Al fin y al cabo es mi privilegio, tomo clase con él dos veces a la semana...

domingo, abril 01, 2007

Lince bebé


Entre mis favoritos de Paola Vaggio de "Qué mala soy dosificándote", les dejo la versión audible(recomendable) y la sólo leíble:

He contestado al teléfono. He reconocido su voz.Media hora después se detenía frente al portal de mi casa Carol Blenk con su lince bebé. Lo llevaba en brazos, envuelto en una manta como un recién nacido.
En la bolsa: únicamente biberones y discos de los Stones. En seguida he comprendido que el Lince se iba a quedar conmigo, que yo era la cómplice. Que desde ese momento yo también huía de la protectora de animales y de todos los buenos que nos persiguen. Me he quitado mis zapatos de andar y me he puesto mis botas de volar. Para no perder ni un sólo minuto he decidido subir al lince bebé en la avioneta y llevármelo a un lugar seguro para él. Este es nuestro viaje. Yo también estuve una vez en peligro de extinción. Todos quisieron cuidar de mí como sucede contigo. Mientras piloto mi avioneta y como golosinas, el lince bebé me mira y con ojos despiertos espera que le cuente algo. Pues bien, te diré que a los diez años aprendí la diferencia entre los fijos y los transeúntes:
A las once de la mañana, como cada día, pasaba la cocinera por las clases a preguntar quien se quedaba a comer en el colegio. Los fijos eran los que se quedaban siempre y lo transeúntes los que se quedaban a comer ocasionalmente.
Los fijos no levantaban la mano porque siempre eran los mismos, no hacía falta contarlos. Los transeúntes sí la levantaban y la profesora los apuntaba en una lista.
Los transeúntes eran los que a veces se marchaban a sus casas a las doce y los venía a recoger su mamá para ir a comer a casa. Yo siempre quise ser transeúnte. Quedarme todo el mediodía en el colegio me ponía triste, aunque luego se me pasaba el rato volando jugando a canicas en el patio.
Insisto, yo quería ser transeúnte. No fija. Fija no. Los fijos siempre se quedaban en el colegio a comer. Todos los días. Todo el mes. Los transeúntes podían elegir. Los transeúntes a veces se iban a casa de sus abuelas a comer lentejas. Pero yo no podía ir porque mi abuelastro era. Era un hombre extraño para mí, con pistola, uniforme y las mejillas frías. Un abuelo sin beso. Mi madre fue a hablar con el colegio. Les dijo que yo siempre iba a ser transeúnte. Aunque en realidad era mentira, yo era fija, a mí no me podían venir a buscar, mis padres trabajaban mucho. Pasé un curso engañada pero contenta, siendo transeúnte cada día, levantando la mano para que me contaran. Sólo la cocinera sabía la verdad: yo era fija, no transeúnte.
Lince bebé, en muchas ocasiones vas a ser un transeúnte fijo. O un fijo transeúnte. Aunque no seas consciente de ello, pero durante estas dos horas de vuelo te aseguro que vas a ser el lince bebé más valiente del planeta.

La otra acera