Cómo sobrevivir siendo Biólog@ en una ciudad, sin sucumbir en la banqueta esperando...

miércoles, junio 03, 2009

¡¡¡CONTROL!!!... biológico



En el mundo natural existen animales asociados a cierto tipo de vegetación ya sea para su alimentación, anidamiento, hospedaje como en casos de parasitismo y otros. A estas relaciones le podemos llamar "interacciones interespecíficas (planta-animal)".

Lo más común es pensar en algunos insectos y otros herbívoros de tallas más grandes comiéndose a las plantas. Esto sucede porque existe una cadena alimentaria y afortunademente el mundo es muy verde aún y soporta cierto número de depredadores sin que esto represente un riesgo en las poblaciones vegetales, es decir, tiene una "capacidad de carga". Este número de habitantes comelones es regulado por diferentes mecanismos, principalmente por un control biológico (alguien más arriba de su nivel en la cadena trófica).
Sin embargo, este equilibrio no siempre se conserva. A veces la balanza de la naturaleza está a favor de unos y es cuando ocurren la invasión de las plagas.

Estos de aquí son unos insectitos bastante molestones que han decidido ¿por qué no? vivir y degustar de la savia de mi planta de café. Se llaman áfidos y creo que les dicen también pulgones. Yo los llamaría gandallitas verdes del demonio. Aparecieron sin ser invitados y sin llamar a la puerta, un día ya estaban ahí invadiendo todos los tallos y las hojas nuevas, queriendo pasar desapercibidos con su color verde limón tal como el de los renuevos. Hice un preparado mágico-orgánico para combatirlos: chile, café, tabaco, ajo y cebolla hervidos y después les rocié el agua. No funcionó del todo la magia, eliminó a algunos pero la cubierta de queratina que tienen los insectos es como un escudo protector.

Recordé entonces a las catarinas. ¡Cómo deseaba tener un ejército de ellas! Insecto plaga VS insecto depredador es lo que necesitaba. Algunas veces en mi infancia, colectabábamos mi hermana y yo a las catarinas del jardín. Las colocábamos en botes con hojitas para que se alimentaran. Yo solía abrir los botes para espiar lo que hacían y en mi memoria no está verlas comer. Ellas no se comían las hojas, quién sabe por qué.
Años... muuuchos años después aprendí en la facultad (jajaja) que las catarinas son unas terribles depredadoras de áfidos. Fue que entendí por qué nunca se comieron los platillos vegetarianos que les ofrecíamos de pequeñas.

Unos días después del intento fallido de eliminar a los áfidos de mi cafeto, encontré una catarina que luchaba por su vida tratando de deshacerse de una telaraña de mi ventana. ¡¡Era ella a quien yo necesitaba y una araña quería quitármela!! Por supuesto la rescaté y le presenté su nuevo hogar para dejarla hacer lo suyo...

Es así como se ha dedicado saborear los dulces áfidos molestos.

¿Apoco no es genial? Sin plaguicidas químicos que contaminen, he aquí su labor en el sistema.

Por ahora sólo estamos en busca de pareja catarinosa, para conseguir el ejército. Se aceptan donaciones. ¿Se han dado cuenta de que ya no hay catarinas en los jardines como antes?