Por mientras...
Pos ya de retache a la banqueta chilanga, pero aún no contaré el viaje... Eso sí, tomé hartas fotos, y entre ellas, la evidencia de que en el noroeste mexicano, aún con su calor de horno encendido, SÍ LLUEVE.
Cómo sobrevivir siendo Biólog@ en una ciudad, sin sucumbir en la banqueta esperando...
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